CONTAMINACIÓN POR RESIDUOS TECNOLÓGICOS La tecnología ha avanzado de una manera que querer tener el último móvil, ordenador o cualquier dispositivo ya sea por necesidad o por gusto, son acciones típicas y comunes del día a día. Pero, ¿qué ocurre con lo viejo?, ¿a dónde va?. Y además, debemos tener en cuenta que las tecnologías son cada vez más efímeras: antes, hace 50 años, un teléfono fijo duraba 20 o 30 años, una heladera era para toda la vida y un televisor duraba más de 20 años. Hoy en día, los teléfonos los desechamos cuando se les agota la batería (de 2 a 3 años, incluso antes), las heladeras no duran más de 10 años, y en los últimos 15 años, ¿quién no ha cambiado un televisor?, acaso ¿alguien usa su primer televisor color? Los desechos tecnológicos, chatarra electrónica o basura tecnológica son todos los dispositivos alimentados por la energía eléctrica cuya vida útil ya ha terminado. De forma complementaria, la obsolescencia programada o
DESARROLLO SOSTENIBLE El desarrollo sostenible consiste en satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social. Este concepto aparece por primera vez en 1987 con la publicación del Informe Brundtland, que alertaba de las consecuencias medioambientales negativas del desarrollo económico y la globalización y trataba de buscar posibles soluciones a los problemas derivados de la industrialización y el crecimiento de la población. Dentro del desarrollo sostenible aparecen tres tipos de sostenibilidad: Sostenibilidad Ambiental: defiende que la naturaleza no es una fuente inagotable de recursos y vela por su protección y recurso racional. Algunos ejemplos son el cuidado del medio ambiente, la inversión en energías renovables, el ahorro de agua, la apuesta por la movilidad sostenible o la innovación en cons